jueves, 10 de junio de 2010

Erase una vez...

...En un cercano rincón que vivía un señor al que no le salían las cuentas.
Se miraba los bolsillos y le faltaban unos cuantos euros. ¡Entonces se le ocurrió una brillante idea!
Nada más cómodo que rebuscar en los bolsillos... ¡De los demás!
¡Qué suerte y qué barato!
Y así eurillo a eurillo se fue pagando sus gastos, pero claro lo disfrazaba como inversiones públicas porque... ¡Era ladrón pero no tonto!

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