lunes, 30 de noviembre de 2009

Conducir es una actividad social

Antiguamente, aunque no hace tampoco tanto tiempo, la conducción era ese último reducto que tenía el hombre para ensimismarse y en un acto íntimo y personal paladear la máquina que le elevaba a la categoría de ser supremo.
Pues... ¡No! No es el coche ese artilugio para ir de paseo (que tanto se estilaba en tiempos).
La conducción es una actividad social, la circulación, la circulación fluida es el fruto de la sincronización de muchos pensamientos en uno único cuyo resultado es una optimización del recorrido en beneficio de todos (o al menos en esencia debiera serlo).
Cuando vayas por una rotonda (pongamos por ejemplo) y oigas un claxon sonar, cuidado si eres de los que piensas: "Yo voy bien, voy por mi carril".
Sí, tú vas bien, por tu carril, por el que tiene preferencia, por el de fuera, por el mejor. Es una suerte que pocos sepan de esta ley universal: El mejor carril es el de fuera.
A ti y a los que como tú piensan que es absurdo que una rotonda tenga más de un carril, a vosotros os dedico este post.
Por cierto, espero que mañana no llueva y os dejéis el coche en casa, por vuestro bien, por el mío, por el de todos.
Muchas gracias si así lo hacéis.

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